La Huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano.
Comer, viajar, calentar la casa… ¿Qué huella de carbono dejan estas actividades y cómo podemos tomar decisiones más respetuosas con el clima?
Al conducir un coche, comprar unos zapatos de deporte o hacerte un filete a la parrilla, contribuyes a la emisión de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. Es tu huella de carbono. Muchos países, instituciones y empresas se han comprometido a reducir sus emisiones, mientras que la UE se ha fijado, incluso, el objetivo de ser «neutral desde el punto de vista climático» de aquí a 2050. A título personal, tu también puedes calcular tu huella de carbono y reducirla.
La Huella de carbono
Son los gases de efecto invernadero se emiten a través de la producción y el consumo de bienes y servicios. La huella de carbono es un concepto utilizado para cuantificar el impacto de una actividad, una persona o un país en el cambio climático.
¿Cuánto carbono se emite al fabricar tu camiseta, tu comida o tu teléfono? La cantidad dependerá de las opciones de producción y consumo.
Si tomamos el ejemplo del transporte, coger el avión emite 285 g de carbono por kilómetro, frente a los 104 g de un automóvil o los 14 g de un tren. Lo mismo ocurre con el tipo de carne o pescado que comas o el tipo de pantalones que compres.
Este indicador ambiental mide tanto las emisiones directas como indirectas de compuestos como el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O), los hidrofluorocarburos (HFCs), los perfluororcarburos (PFCs), el hexafluoruro de azufre (SF6) y, sobre todo, del más abundante y que más ha contribuido al calentamiento global desde 1990: el dióxido de carbono (CO2).
Propuesta para reducir nuestra huella de carbono:
El cambio climático está ahí y nuestro éxito dependerá, sin duda, de nuestra capacidad para disminuir la huella de carbono.
Consejos que ayudarán a conseguirlo:
Energía y residuos
- Mejorando la eficiencia energética.
- Consumiendo energía de origen 100 % renovable.
- Realizando campañas de sensibilización.
- Promoviendo proyectos medioambientales.
- Para la Industria abonar para los impuestos verdes o comprando toneladas de CO2 en el mercado internacional de emisiones.
- Regula la Climatización 1 ºC (con esto ya se nota la diferencia)
- Acortar el tiempo que se pasa bajo la ducha
- Cerrar el grifo mientras te lavas los dientes o lavas los platos
- Desenchufar los aparatos electrónicos y no dejar el teléfono enchufado cuando la batería ya esté cargada
- No almacenar datos innecesarios en la NUBE.
- Optar por productos eficientes desde el punto de vista energético que lleven la etiqueta «A».
- Limitar y reciclar tus residuos.
Alimentos
- Apuesta por un consumo responsable, basado en productos de proximidad y elaborados de forma sostenible, y monta tu propio huerto urbano
- Consumir productos locales y de temporada (olvídate de las fresas en invierno)
- Limitar el consumo de carne, especialmente de carne de vacuno
- Consumir pescado obtenido mediante pesca sostenible
- Utilizar bolsas de compra reutilizables y evitar los productos con un embalaje de plástico excesivo
- Asegurarse de comprar solo lo que se necesita, para evitar el desperdicio de alimentos
Prendas de vestir
- Cuidar bien la ropa
- Tratar de intercambiarla, tomarla en préstamo, alquilarla o comprarla de segunda mano
- Comprar ropa fabricada de forma responsable, por ejemplo fabricada con material reciclado o con etiqueta ecológica
Transporte
- Utilizar la bicicleta , el transporte público o a pie.
- En lo posible usar vehículos más respetuosos con el medio ambiente.
- Tratar de usar el tren en tus próximas vacaciones.
Disminuye la cantidad de residuos: reutiliza tus envases, recíclalos y, si no es posible, tíralos al contenedor correspondiente.